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lunes, 9 de septiembre de 2013

LA SEROTONINA, EL SUEÑO Y EL AUTISMO


La serotonina es un neurotransmisor que transmite información a diferentes partes del cerebro. La serotonina regula muchos de los sistemas vitales del cuerpo, incluyendo el cardiovascular, inmunológico y digestivo. La serotonina también directa o indirectamente controla las funciones de la mayor parte del cerebro, como el estado de ánimo, la función sexual, y los ciclos de sueño.
Uno de los problemas que sufren los niños con trastorno del espectro del autismo es precisamente la incapacidad para conciliar el sueño. A través de esta revisión sobre este neurotransmisor y sus implicaciones en determinadas funciones corporales entre ellas el sueño, quiero llegar a muchas familias que pasan  por este proceso.
En "Los secretos de la serotonina", explica Carol Hart que la serotonina tiene una estrecha relación con el ciclo sueño-vigilia del cuerpo. Los niveles de serotonina son más altos en el tronco cerebral cuando se está despierto y activo, y casi ausentes por completo cuando entramos en el sueño REM, la etapa más profunda del sueño. Durante el sueño, el nivel del cuerpo de la melatonina aumenta considerablemente. La producción de ésta es dependiente de su síntesis en la glándula pineal, que es alimentada por la serotonina. Mientras que la luz aumenta la producción de la serotonina, la oscuridad incentiva la síntesis de la melatonina. Vinculada, estos dos neurotransmisores son fundamentales en el mantenimiento del ciclo del sueño.
Hart señala que cualquier cosa que interrumpa el ritmo de la serotonina y la producción de melatonina perturbará el ciclo natural del sueño. Cuando sufres de jet-lag, por ejemplo, el ciclo de la producción de serotonina sigue el de tu zona horaria local y tienes problemas para lograr volver a encaminarte. Durante el invierno, cuando la luz solar inadecuada provoca la producción de serotonina, los ciclos de sueño también pueden ser interrumpidos.
¿Cómo aumentar la serotonina?
La "Guía del consumidor a los medicamentos psiquiátricos" , lista diversas recomendaciones para aumentar el nivel de serotonina de forma natural. Estas sugerencias incluyen cosas tan simples como comer una dieta rica en carbohidratos hasta el desafío más difícil de dominar una habilidad. Este texto también afirma que los movimientos repetitivos, como masticar goma de mascar o tejer también puede ayudar a aumentar la serotonina. El ejercicio y la exposición a la luz brillante también aumentan la producción, sobre todo durante el invierno. Es importante resaltar que una de las conductas del niño con autismo es el balanceo, un movimiento repetitivo que la mayoría de las veces realizan después de sufrir un stress, y generalmente antes de dormir.
Otras sugerencias del sueño
Practicar buenos hábitos para dormir también es útil para frenar la producción de serotonina y aumentar la producción de melatonina. Trata de ir a la cama a la misma hora cada noche y asegúrate de levantarte a la misma hora cada mañana. Tu cuarto debería ser oscuro y cómodo, no demasiado frío, pero tampoco demasiado caluroso. Evita ver televisión o trabajar en la cama. Es muy importante establecer esta norma horaria por el bien de nuestros niños.

Causas de la disminución de la serotonina en el cerebro

Diferentes estudios han demostrado las variadas causas de la disminución de la serotonina en el cerebro y sus visibles consecuencias. Enumeramos a continuación las más principales:
Genética
Los factores genéticos son considerados los culpables primarios de la reducción de los niveles de serotonina. En la gente con depresión generalmente se encuentran defectos genéticos heredados en los receptores de la serotonina del cerebro, lo que les hace difícil absorber la hormona que circula. Este defecto hace a los receptores más cortos de lo que son normalmente, lo que minimiza la habilidad de recibir y liberar serotonina en el cerebro.
Estrés
Ya sea que el estrés sea producido por la vida diaria o por un evento traumático significativo, lo cierto es que al ser prolongado o intenso, se ha encontrado que causa cambios en la química del cerebro, incluyendo el agotamiento de la serotonina. Un estudio hecho en 1989 por J.J. Mann, Victoria Arango y P.M. Marzu, reveló que el estrés crónico causado por problemas vigentes o por un incidente específico contribuyen a cambios neurológicos en los participantes que los llevaban a tener depresión. Los niños con autismo sufren un stress contínuo causado por el entorno que les rodea, la incomprensión en la escuela, en la casa, querer comunicarse y no poder, etc.
Dieta
Los niveles de serotonina pueden verse afectados por una dieta pobre, porque para construir los neurotransmisores se necesita una adecuada cantidad de proteínas y de vitaminas y minerales. A estas vitaminas y minerales se los conoce como cofactores, y cuando en el cuerpo hay pocos cofactores debido a una nutrición pobre o una baja ingesta de proteínas, se desequilibran los neurotransmisores.
Sustancias químicas
Se puede culpar a ciertas sustancias en nuestro medio ambiente por agotar los niveles de serotonina del cerebro. Los medicamentos son una de las principales causas de los bajos niveles de serotonina, incluyendo sustancias diarias como la nicotina, el alcohol, los antidepresivos y la cafeína. La exposición a químicos duros como los pesticidas y los metales pesados pueden llevar a daños permanentes en las células nerviosas responsables de producir serotonina.
Falta de sol
Investigaciones han revelado que hay una conexión entre el sol y los bajos niveles de serotonina. Cuando el reloj interno del cuerpo no recibe señales del sol para poder emitir ciertas hormonas energéticas como la serotonina, los niveles de los nervios transmisores bajan. De acuerdo a Psychiatric News, un estudio conducido por el Centro para las adicciones y salud mental de la Universidad de Toronto ha mostrado que la luz del sol controla los transportadores de serotonina, proteínas que previenen que los nervios la reciban. El estudio llegó a la conclusión de que los altos niveles de los transportadores de serotonina fueron encontrados en el cerebro durante los oscuros meses del otoño y el invierno, lo que condujo a bajos niveles de serotonina. La serotonina se libera también cuando se come el chocolate, y comunica un sentimiento de calma mientras estabiliza el  humor.


Carmen Jiménez de Espinoza

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